martes, 4 de febrero de 2014



La Planificación Agroalimentaria en Venezuela
            Venezuela constituye uno de los países de América Latina y el Caribe donde la experiencia planificadora ha estado estrechamente vinculada al grado de desarrollo político alcanzado, desde 1958 hasta el 1998.
            Con la visión de los gobiernos de turno para la época, podemos entender o calibrar la importancia que el Estado y la sociedad venezolana han otorgado a la problemática alimentaria-nutricional.
El Primer Plan de la Nación (1960-1964).-Se presenta como objetivo general “...una elevación adecuada del nivel de vida de la población frente a un ritmo acelerado de fortalecimiento y diversificación de la capacidad productora de la Nación...” y más aún, en la exposición de motivos se expresa “Se consideró que la institución de un régimen democrático en lo político debía llevar aparejado, en lo económico, la aplicación de un concepto más equitativo de la repartición de la riqueza nacional”.
            De acuerdo a estos lineamientos, la nutrición no es considerada como un instrumento para el desarrollo. En este orden de ideas, el objetivo instrumental implícito del Plan es la racionalización de los ingresos provenientes del petróleo, de forma tal que puedan ser atendidas un mayor número de áreas representadas por las “necesidades sentidas” de la población, y siendo así las cosas alimentación y la nutrición forma parte del Plan de Sanidad. Esta concepción de lo nutricional dentro de lo sanitario, se define acompañada por un Programa de Protección Social.
El Segundo Plan de la Nación (1963-1966).- consideró algunas causas y consecuencias de la aguda problemática de enfermedades de origen nutricional en la población infantil y en los sectores o grupos de mayor pobreza, especialmente en madres, lo cual ocasionó que la prematuridad fuera primera causa de muerte en niños de 0 a 4 semanas.
            La propuesta de acción se refieren a los programas institucionales del Patronato Nacional de comedores Escolares, Consejo Venezolano del Niño y el Instituto Nacional de Nutrición, y en lo concreto a los comedores escolares y al vaso de leche escolar, éste último destinado al Distrito Federal y a los estados Falcón y Lara. La propuesta y la visión sanitaria del problema, es insertarlo dentro del Plan de Salud como una más de sus variables, dándole  un  tratamiento marginal a la alimentación
El Tercer Plan de la Nación (1965-1968).- la nutrición juega un papel realmente insignificante, “Siguiendo el criterio en materia de política alimentaria se prevé fomentar los programas destinados a mejorar los índices nutricionales, sobre todo en cuanto al pre-escolar se refiere”. La nutrición sigue siendo considerada como un problema sanitario más.
En el Cuarto Plan de la Nación (1970-1974) se realiza un esfuerzo importante para dar coherencia a los aspectos sociales, enmarcándoseles dentro de una Política de Desarrollo Social. la nutrición no adquiere la autonomía suficiente como para convertirse en un programa independiente; tal vez, como se menciona en el mismo Plan la ausencia de “... un diagnóstico de la situación nutricional de la población y sólo se disponen de algunas encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Nutrición...” permite se le considere como uno de los programas preventivos dentro del Plan de Salud.
El Quinto Plan (1976-1980).- pondera aún más el papel que el sector social jugará en el desarrollo general del país y expresa que el nuevo concepto de planificación “...establece explícitamente, como indicadores de éxito de la gestión económica de la Sociedad, aquellas variables que miden la mejora directa de la calidad de la vida del venezolano. Nutrición, salud, educación, vivienda, empleo y aquellos controles de la eficiencia en la utilización de la riqueza que procuran minimizar la relación de recursos no renovables sacrificados con respecto al valor de la producción obtenida...”
            “En consecuencia, se plantea al país la necesidad de incrementar la producción interna de alimentos que contengan los valores calóricos y proteínicos necesarios para balancear la dieta popular, mejorar las desigualdades existentes en materia de distribución de ingresos y proyectar en la conciencia individual los requerimientos de balance alimentario. Así, pues, el tratamiento del consumo esencial se configura como una actividad de servicio público, donde el Estado debe intervenir eficazmente con el propósito de garantizarlo”.
            En cuanto al plan sectorial agrícola se refiere, el mismo establece la necesidad del “crecimiento rápido de la producción agropecuaria con el fin de asegurar un abastecimiento satisfactorio de los rubros que constituyen la dieta diaria del venezolano; disminuir la importación de alimentos e incorporar al sector agrícola al proceso agroindustrial”, son los objetivos fijados para este sector de la economía. Queda claro que por vez primera, un Plan establece una activa vinculación entre las variables Nutrición, Empleo, Agricultura y Salud. A pesar de ello, la Nutrición se estructura como uno de los programas del Plan de Salud.
            Se logra superar la ausencia de un diagnóstico comprensivo, la cual es cubierta por el documento: “Elementos para una definición de política Nacional de Alimentación y Nutrición”, donde se señala la necesidad de “intensificar la coordinación entre los diferentes programas adelantados por los ministerios de Educación, Sanidad, Fomento, Agricultura y las asociaciones de productores privados, ya que es evidente que el éxito de la política nutricional no depende sólo de las medidas de salud pública sino que hay una estrecha relación con la producción, distribución y comercialización de alimentos.
El Sexto Plan de la Nación (1981-1985).- contempla como uno de sus objetivos globales “elevar las condiciones y calidad de vida de los venezolanos...” en este campo presenta opciones para enfrentar en mejor forma las necesidades de alimentación, vivienda, salud y trabajo, que no dependen sólo de factores materiales, sino que tienen profunda influencia cultural, que afecta a todos aquellos renglones”.
            A este respecto, el Plan reconoce que la alta incidencia de enfermedades como consecuencia de deficiencias nutricionales en la población infantil y de los grupos o sectores sociales de mayor pobreza, determina que las medidas de política en esta área trasciendan los aspectos simplemente médico-sanitarios, y para enfrentar adecuadamente esta problemática social será necesario incorporar una serie de factores multisectoriales relacionados tanto con la atención médica directa, como con la producción, abastecimiento y comercialización de los alimentos básicos, la educación alimentaria y nutricional, la accesibilidad de la población a los bienes básicos y la distribución del ingreso.
            Por lo tanto, para el período del Plan, se considera como acciones ligadas al campo de la alimentación-nutricional, las contempladas en el Plan Agrícola en materia de producción, abastecimiento y comercialización; las acciones del sector industria en materia agroindustrial alimentaria, señalándose que se debe incrementar en forma dinámica la producción de rubros seleccionados como prioritarios que contribuyan a cubrir las necesidades básicas de la dieta popular;  la política del Plan de Salud sobre todo el área materno-infantil y de saneamiento ambiental básico. Igualmente, las vinculadas al área y contempladas en los Planes de Educación, Comunicación Social y Ciencia y Tecnología.
            Plan Industrial: “El esfuerzo de promoción industrial se concentrará desde el punto de vista social en el desarrollo de la agroindustria, en particular de la industria de alimentos...”
            Y se propone el “Plan de Desarrollo Agrícola a Largo Plazo” el cual logra definir un conjunto de rubros básicos sobre los cuales girarán los programas de desarrollo y plantea que a fin de hacer efectivo el abastecimiento de los productos alimenticios requeridos por la población, deberá producirse una adecuación del patrón de consumo alrededor de los rubros básicos seleccionados. Este plan al tratar de dar congruencia al aspecto social del mismo, propone programas de salud, educación y servicios, de alcance nacional pero limitado al área rural.
            El tratamiento dado a la variable nutricional dentro del VI Plan marca un hito en el proceso de planificación del país, pues como se señaló antes, incorpora dentro de su estrategia otros planes sectoriales; por lo cual en los lineamientos estratégicos se señala: “Se transformará la Comisión Nacional de Abastecimiento en un Consejo Coordinador de las Políticas Alimentarias y Nutricionales, constituido por los organismos vinculados a la problemática alimentaria y nutricional. Este Consejo definirá y coordinará las políticas y programas multisectoriales a ser adoptadas en el área de la alimentación y nutrición, en el corto, mediano y largo plazo”. Sin embargo, a pesar de las múltiples gestiones tanto institucionales como de motivación a diferentes niveles decisorios, este proyecto quedó para la historia, por la falta de comprensión real de la magnitud del problema que se recogía en el Plan de la Nación.
Séptimo Plan de la Nación (1984-1988).-La estrategia de crecimiento económico del Plan considera la transformación de las condiciones de organización del sistema económico para liberar las fuerzas productivas y materializarlas en un aumento sostenido del bienestar social. De acuerdo con ello, en el período del Plan “se reforzarán los estímulos” a la agroindustria y a la producción selectiva de bienes del sector agrícola”. Por su parte la estrategia social contempla “un conjunto de operaciones públicas que enfrentarán directamente el grave problema de la marginalidad social, impulsarán el logro de una mejor distribución del ingreso y de la calidad de vida de la población e influirán en la transformación de las relaciones de propiedad y de acceso a la riqueza creada”.
            Específicamente se plantea “para atacar la pobreza crítica se enfrentarán las deficientes condiciones de salud, la subalimentación generalizada por el bajo consumo de nutrientes, el bajo o nulo nivel educativo, la escasa preparación para el trabajo, y la débil participación ciudadana”.
            En tal sentido, y siguiendo el nuevo esquema metodológico, el tratamiento de lo alimentario en el VII Plan, lo conforman un conjunto de operaciones pertenecientes a los proyectos estratégicos, relacionados con las siguientes situaciones problemas:
-    “Inadecuada relación entre la producción y consumo de productos de origen agrícolas, unida a un marcado deterioro de las condiciones de vida del medio rural”.
-   ”Desmejoramiento de la calidad en la prestación del servicio de salud”.
-   ”Enfrentamiento de la pobreza crítica”.
-   “Incremento del desempleo y subempleo”.
            En cuanto a la estrategia de desarrollo agrícola contemplada en el Plan, los lineamientos básicos de acción, persiguen relevar el rol que hasta el momento ha jugado esta actividad en la economía del país; concibiéndola como un sector económico y social de primer orden capaz de contribuir significativamente a corregir los actuales desequilibrios económicos, sociales y espaciales.
 

Se puede inferir que para la epoca  se mira a la alimentación y la nutrición como un problema de salud y por ende económico, obviando la realidad reinante en el campo como era el latifundio, la tercerización, la pobreza, la educación, vivienda y salud,  y a la desigual distribución de la riqueza que acompañaron al campesino venezolano:
            La pobreza es un factor coadyuvante y viceversa de la malnutrición. La población empobrecida posee menos recursos económicos para la adquisición de alimentos, inadecuadas condiciones de salubridad al igual, un reducido aprovechamiento biológico de los alimentos aunado al incrementado riesgo a enfermar, entre otros aspectos (Gorodner, 2006).
Para comprender cómo actúan los programas alimentarios es necesario describir la secuencia de sus acciones:
 Se ha señalado que las políticas sociales surgen como una necesidad imperante ante las fallas de las políticas económicas; éstas pasan a ser de carácter asistencial y cumplen entonces una función residual, al redistribuir los recursos, servicios, oportunidades y capacidades, entre otros (Maingon, 2004).

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